Estaba el niño soñando bajo
las lámparas verdes que los
años tempestosos iluminaban.
Mientras leía las palabras
ungidas por aquellas liras que
caminaron junto a él en otra vida.
Y estaba el niño llorando bajo
las lámparas verdes que miraba
distraidamente bajo efectos melancólicos.
Mientras lo tenía y lo sabía todo
porque se daba cuenta de que
ninguna lámpara había estado nunca encendida.
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